domingo, 12 de agosto de 2012

Romántico, pero no tanto


"Ella me miró de abajo hacia arriba, el pelo rubio con una tonalidad ceniza que yo desconocía (puede que se lo hubiera teñido), los ojos marrones almendrados muy grandes y muy dulces, pero no, dulces no es la palabra, tranquilos, de una tranquilidad pasmosa, como si estuviera drogada o tuviera el encefalograma plano o fuera una extraterrestre, y me dijo algo que no entendí". Roberto Bolaño, El gusano.

El dulce desencanto que puede tener encontrarse con una estrella de películas, fuera de las películas.   

lunes, 6 de agosto de 2012

Musica y ruido

Una de Simon Frith. 
"..el aumento del control sonoro que ofrece el almacenamiento digital será más importante para nuestra comprensión del universo del sonido y del contexto de la experiencia musical, que para nuestras experiencias musicales como tales. La mejor manera de expresar esto es diciendo que actualmente no existen situaciones sin música. La música está en todas partes, dentro y fuera del hogar. Se ha convertido en ruido, ya no es una comunicación, sino un vehículo para la comunicación, en las bandas sonoras, en los anuncios, como fondo permanente de cualquier actividad social o íntima. De esto se deducen varias cosas. Primero, ya no tiene sentido hablar de la unidad de una obra musical. La música se ha convertido en algo esencialmente fragmentario. Segundo, la distinción entre música y ruido define la diferente atención que se le presta al sonido, en vez de la calidad del sonido en sí misma. El mismo concierto de Mozart ocupa el tiempo de espera en un contestador automático, cuando se hojean libros en una librería de viejo y cuando significa algo trascendente en una sala de conciertos. Y si la música puede convertirse en ruido, éste puede convertirse en música." 
(Simon Frith, 1999. La constitucion de la música rock como industria transnacional)

Música liquida


Hace algunos años que se planteó la idea de consumir música como si fuera agua. El planteo es de Leonhard y Kusek ( The Future of music book) y es bastante simple y lineal: el contexto digital permite que se consuma música on demand como si fuera agua de la canilla. En lugar de comprar música embotellada (cds, Lps, álbumes, discos, etc...), se compra suscripción a la redes de contenidos accesibles desde terminales. Por algún lado leí que Bowie por los años ochenta había pronosticado que "en el futuro abriríamos el grifo y saldría música", una afirmación bastante acertada.
La metáfora, por razones obvias, hace pensar en la idea de liquidez en la que desde hace tiempo que insiste Zigmunt Bauman. Si bien los dos conceptos no tienen relaciones directas, el modelo de música como agua se inscribe, como todo otro modelo de consumo, negocios y producción, en el contexto de modernidad líquida y por lo tanto se pueden tratar de hacer una serie de remisiones.
El capítulo 3 de Vida Líquida, de Bauman, se llama "La cultura: indisciplinada e imposible de controlar" y analiza la tensión que hay entre gestores culturales, productores de cultura (artistas) y consumidores, tratando de explicar quién produce qué, quién lo consume y quién lo legitima y quién le da valor.
El quiebre entre la era "sólida" y la era "líquida" se puede aplicar perfecto a la industria de la música. En la era sólida la industria musical se manejaba en un modelo claro en donde intervenían majors y medios masivos, y del otro lado de la mesa los músicos. El modelo de tensión entre gestor y creador era claro, era un acuerdo de "hermandad fraticida" (según palabras de Bauman) porque unos se necesitaban a otros, el gestor necesitaba músicos para explotar, el músico que quería vender necesitaba gestores que se ocupen de su comercialización y lo inserten en el mainstream.
Según Bauman, el rol de los gestores cambia entre el modelo sólido y el modelo líquido. En el primero el sistema funciona de forma previsible, en un sistema industrial y en base a productos perdurables. En el modelo líquido hay imprevisibilidad, discontinuidad y olvido: los productos culturales son obsoletos y los caminos para legitimar la producción del artista son muchos. La explicación de Bauman, trasladada al mundo de la música se hace evidente en la multiplicación de medios y canales de acceso que permiten desintermediar la puesta en circulación del producto. Sin embargo el artista necesita de todos modos pasar por un intermediario que lo legitime. Dice Bauman: "para bien o para mal, las creaciones culturales necesitan gestores para no morir en la misma torre de marfil en donde fueron creados", ese quizás sea el rol que empiezan a asumir los sellos chicos, las netlables y, por supuesto, que sigue teniendo el metadiscurso periodístico actual en blogs, micro-blogs y diversos medios sociales.

La música hoy "sale del grifo", y al cambiar y hacerse líquida, también cambia la forma en la que el oyente la percibe, la valora y la usa. Habrá que ver en qué medida el disfrute es compatible con el consumo.

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