Hindi Zahra en la Merce 2010

La cantante franco marroquí Hindi Zahra se presentó en el marco de la Fiesta de la Mercé, dando un concierto destacado en una plaza colmada de gente.

El sábado 25 de octubre, en la tercera noche de la fiesta barcelonesa de la Mercé, la cantante franco marroquí Hindi Zahra cerró la programación del escenario de la Plaza del Rei. El espacio para el concierto de esa noche es uno de los rincones históricos más importantes de la capital catalana. Ruinas romanas, sobre las cuales se edificaron edificios medievales, sobre los cuales se hicieron restauraciones modernas, encima de las que para la ocasión se montó un escenario, arriba del cual a las 00:15 puntual se subió Hindi Zahra para dar su show. El entorno no podía ser más atractivo.
Minutos antes de la hora prevista, la plaza ya estaba repleta de gente que esperaba expectante. A diferencia del resto de los escenarios preparados para la fiesta (¡son 23 repartidos por toda ciudad!), el de la Plaza del Rei es especial. El espacio es una especie de “cul de sac” al que se accede sólo por dos calles angostas y está rodeado de muros altos. No es un lugar de paso y su fisonomía hace que tenga una capacidad virtualmente limitada. Quienes estaban ahí conocían el programa y estaban ansiosos por presenciarlo.
A la hora anunciada se apagó el reggae ambiental que había estado sonando durante los preparativos y salieron al escenario los 4 músicos de la banda que empezaron a tocar para generar un clima unplugged: dos guitarras con sonido de color gitano (“manouche” a la Django) acompañadas por teclados y batería. Segundos más tarde, apareció Hindi Zahra, cantando desde la izquierda del escenario, en una mano el micrófono y en la otra un vasito (¿vino quizás?). El tema de apertura fue Beautiful Tango.
El planteo sonoro del concierto giró en torno a ese color acústico y "manouche", con ritmos y escalas arábigas y un espectro de timbres adaptado a la oreja actual. Los guitarristas alternaron acústicas con eléctricas; los teclados crearon climas electrónicos confortables; la batería combinó reggae, soul y ritmos bereberes. De esto se trata, en definitiva, la música de Hindi Zahra: las raíces bereberes de su infancia con el cosmopolitismo parisino y la influencia del soul que le otorgaron ese tipo de voz que remite a diva del jazz.
El concierto siguió como un paseo por las canciones de su álbum Handmade. Fascination, Oursoul, Imik Si Mik y Music son algunos de los temas que cantó durante el cuerpo del show. Hindi Zahra no desafina ni una nota y se mueve feliz por el escenario como si fuera su lugar ideal. Agradece con gratitud los aplausos entre tema y tema y al hablar lleva siempre esa cadencia pausada y agradable que tiene mientras canta.
Su baile arriba del escenario va a tono con todo esto y evidencia su origen marroquí. Su orgullo bereber quedó en claro definitivamente en el momento en el que un espectador le hizo llegar una bandera de Marruecos que ella mostró contenta al público. En muchos de los temas se generan pasajes con melodías y escalas del norte de África en donde los músicos aprovechan para soltarse e improvisar un rato. La cantante aprovecha igualmente esos cortes para aflojar más todavía el cuerpo y bailar moviendo los hombros, las manos, la cintura y la cabeza con la expresión misteriosa de las mujeres del Magreb. Su baile hipnotiza y es tan genuino que nos afirma que no se trata de una fórmula planeada, sino de un sentimiento.
La evolución del concierto fue in crescendo. Los primeros temas fueron los más tranquilos y para el cierre se reservaron los más movidos. Sólo se interrumpe esta progresión creciente para cantar, sola en el escenario con su guitarra, la balada Don´t Forget, un tema dulce y lo suficientemente corto como para no volverse empalagoso.
La última canción fue Stand Up, un rocksteady con tono soul que hizo mover y saltar a toda la multitud. Al terminar, el público pidió bises a gritos. Y el pedido fue complacido a los pocos minutos con dos temas más, mientras caían algunas gotas de lluvia.
Hindi Zahra dio un gran concierto con respecto al cual no queda más que concluir que, el sábado por la noche, la Plaza del Rei recibió a una reina. Y el público le mostró sus alabanzas.